Al llegar al trabajo me encuentro con esa persona que me recibe con una sonrisa. Recibo un mensaje dónde un amigo o amiga me dice: “¿Q tal va todo?” . En la ciudad, consigo aparcar enseguida. Mi hijo pone la mesa sin necesidad de pedírselo 20 veces. O simplemente hace un día maravilloso. Todas estas situaciones, son situaciones sencillas, y como toda situación, provocan una emoción.

Podemos sentir alegría o sorpresa, son emociones que nos hacen sentir bien y disfrutar de esa experiencia. Pero también podemos sentir gratitud, la gratitud es mucho más que una emoción, una emoción que nos ayuda a ver lo bueno que nos trae la vida, es estar agradecido ante lo que tenemos y ante lo que nos ocurre. En ocasiones, esto se torna difícil, damos por sentado las cosas buenas que tenemos, y nos centramos en aquello que no tenemos o en lo malo que nos ocurre. Se trata de ver el vaso medio lleno, se trata de querer expresar, agradecer a los demás y a nosotros o nosotras mismas aquello que nos ha hecho sentirnos felices.

Porque dar las gracias nos hace valorar y conservar lo que ya somos, lo que tenemos y lo que hacemos. Aumenta nuestra autoestima y nuestra sensación de valor personal, nos ayuda a afrontar el estrés y las sensaciones negativas. Esto ocurre porque nuestra mente se alegra y se tranquiliza, se prepara para emprender y tomar decisiones más adecuadas cada día. Son grandes beneficios que nos aportan felicidad y relaciones más satisfactorias.

Pero ser agradecido no es algo innato, es una virtud que debe ser aprendida y cultivada.

Podemos trabajarlo:

  1. Prestando más atención a aquellas cosas, personas, momentos de tu vida por las que puedas expresar tu agradecimiento.
  2. Repasando diariamente (también escribiendo) aquellas cosas buenas que han pasado hoy.
  3. Compartiendo las cosas buenas que te suceden y escuchando las cosas buenas que los demás tengan que contarte.
  4. Expresando gratitud a los demás.
  5. Experimentando el sentimiento de gratitud, pensando y sintiendo aquello por lo que afirmes estar agradecido.

La gratitud puede expresarse de diversas formas. Y el agradecer a las personas puede hacerse también de diversas maneras, pero sin duda, la más eficaz y reconfortante es el agradecer con palabras, es decir a la otra persona que estamos agradecidos por aquello que ha hecho.

Todo esto parece lógico, pero no siembre nos paramos a agradecer a aquella persona que merece nuestras gracias. Ser agradecido es un gesto humano, que reconforta a quien lo hace y que alegra a quien lo recibe.

Por tanto, merece la pena ser agradecido, ya lo dice el refranero español: “Es de bien nacidos, ser agradecidos”.

Y por eso, quiero daros las gracias a todos y todas vosotras por seguir esta página. ¡¡MUCHAS GRACIAS!!