Intervención psicológica ante un suceso como el de Puente la Reina
12/08/2017Lidia Rupérez Y Yolanda Resano
El pasado domingo 30 de julio se produjo una explosión en un piso en Puente la Reina. A consecuencia de ello falleció una persona y hubo varios heridos, dos muy graves, además de grandes daños materiales. Días después un joven herido murió a consecuencias de las graves heridas sufridas por el impacto de la explosión.
Para atender a situaciones como estas, en Navarra contamos con un importante recurso que es el Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias -GIPEC- del Colegio de Psicología de Navarra. Este grupo es un grupo de Intervención de Protección Civil que, al igual que los demás grupos de intervención (bomberos, policías, ambulancias, etc), es activado desde SOS Navarra en el caso de una emergencia con múltiples víctimas. Cuando ocurre una situación como esta, escenario de emergencia, donde se rompe lo habitual y un elevado número de personas se ven afectadas, aumentan las necesidades y demandas por lo que se crea una situación muy compleja donde se debe dar una respuesta adecuada. La respuesta debe dirigirse a atender las necesidades físicas-vitales y de supervivencia de las víctimas pero, además, también se debe atender y dar respuesta a las necesidades psicológicas que pueden aparecer en esta situación. De esta forma estaremos garantizando una respuesta integral que cubra las necesidades globales de las personas. Las reacciones inmediatas más comunes de las personas afectadas ante una situación de crisis pueden llevar una gran tensión emocional y se caracterizan por ansiedad, confusión, negación, agitación, embotamiento, etc. Y estos síntomas los pueden sufrir tanto las personas afectadas como sus familiares, profesionales intervinientes (sanitarios, bomberos, policías, voluntarios, etc) y también las personas que han sido testigos de lo ocurrido. Los primeros auxilios psicológicos son técnicas destinadas a ayudar a las personas afectadas en estos momentos de impacto, por lo que se aplican en las primeras horas de haber ocurrido. Así, esta intervención psicológica facilita el manejo del malestar emocional reduciendo el estrés. Fomenta el afrontamiento dando unas pautas básicas y psicoeducación, ofreciendo un breve seguimiento posterior que favorecerá una mejor recuperación y un menor consumo de psicofármacos.
Pasado un mes la mayor parte de las personas habrán notado una mejoría importante pudiendo retomar sus actividades diarias. No obstante, es posible que algunas personas requieran de un apoyo extra. Aquellas que por ejemplo ya contaban con alguna vulnerabilidad, como puede ser alguna enfermedad física que se haya visto empeorada por el suceso o problemas psicológicos previos, bajos recursos o habilidades para manejar el estrés, encontrarse en una situación de adaptación (acabar de mudarse de ciudad o de país), disponer de pocos recursos personales o poca conexión social. Cuidarse y recuperarse físicamente es lo prioritario si ha habido alguna lesión. Nuestro cuerpo dedicará mucha de su energía para restaurar los daños. Es tiempo de descansar, de tener tiempo para hacer esas cosas saludables que nos ayuden a sentirnos bien. Contar con el apoyo informal de amigos, familiares, vecindario… Sentir que formamos parte de una comunidad puede ser de gran ayuda. Si después de todo aún hace falta ayuda profesional, la psicología cuenta con herramientas muy eficaces para lograr reparar el equilibrio perdido.
Con todo esto creemos que queda patente la necesidad de que todas las personas afectadas en una situación de crisis, y como en este caso, en una situación de emergencia masiva, reciban una respuesta adecuada. Atendiendo y garantizando las necesidades físicas y de supervivencia a la par que las necesidades emocionales de todas las personas afectadas, así como de todos los equipos que intervienen en esta situación.
Lidia Rupérez, vocal del Área de Catástrofes del Colegio Oficial de Psicología de Navarra y psicóloga del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicología de Navarra y Yolanda Resano, psicóloga del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicología de Navarra y psicóloga del 112-Oficina de Atención a Víctimas.
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